Puedo hacer mil y una galletas diferentes (cookies, whoopies, shortbread biscuits, de coco, de vainilla, de almendras, de jengibre, nueces, avellanas, chocolate...) que éstas de avena, que me preparaba mi madre a mi de pequeña los fines de semana, son las favoritas de mis hijos. No hay otras iguales. Y dá igual cuántas haga, que nunca son suficientes. cada vez que lleno la lata de galletas, es como si apareciera un agujero en el fondo del bote y desaparecieran solas...Y la verdad, es que he de decir que también son mis favoritas. Provocan en todos los miembros de la familia un contínuo ir y venir a la cocina toda la tarde (lo que sospecho tiene algo que ver con el famoso "agujero del bote de galletas"). Lo más divertido de estas galletas es que se pueden mezclar con la mano (yo utilizo una cuchara de madera) y los niños muy pequeños pueden hacer tanto la masa como las galletas. Así que, de nuevo vuelvo a traer una de esas recetas familiares en las que todo el mundo trabaja, y no solo come...
Ingr.: 100 gr. de mantequilla, 1 huevo, 1 1/2 dl de azúcar, 3 dl. de copos de avena, 1 cucharada de harina, 1 cucharadita de polvo de levadura.
Prep.: derretimos la mantequilla. Ponemos los copos de avena en un bol, y echamos en él la mantequilla y mezclamos bien. A parte, betimos bien el huevo con el azúcar, hasta que sea una crema blanca, y lo mezclamos con la avena, y removemos bien.
Mezclamos la harina con los polvos de levadura, tamizamos y lo echamos. Mezclamos todo bien.
En una bandeja de horno, sobre papel vegetal, vamos poniendo montoncitos de masa con ayuda de una cuchara (hay que guardar distancia entre unos y otros, ya que estas galletas se "expanden"). Aplanamos los montoncitos un poco con la cuchara, aunque solas ya se aplanan en el horno.
Hornear a 200º unos 8 minutos (hasta que los bordes se doren). Sacarlas con ayuda de una espátula fina o un cuchillo cuando estén un poco frías, para evitar que se rompan...y a comer!
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